COMARCA DE LACIANA: DECLARADA “RESERVA DE LA BIOSFERA” POR LA UNESCO

Valle de Laciana fue declarado oficialmente Reserva de la Biosfera. Técnicamente esta declaración no nos pilla de sorpresa, en mayor o menor medida, ya que los valores naturales de nuestro valle quedan patentes con anteriores declaraciones como Lugar de Importancia Comunitaria para pertenecer a la Red Natura 2000 y Zona de Especial protección para las Aves. Además la Reserva de la Biosfera de Laciana se encuentra incluida dentro del proyecto de ampliación del área de afección del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Espacio natural Sierra de Ancares, debido a la importancia de las poblaciones de urogallo y oso. La zona presenta grandes desniveles altitudinales, por lo que existe una riqueza de paisaje y hábitats de gran valor, robledos calizos, canchales, pastizales de montaña, abedulares, bosques de acebos, bosques de Tejo, robledales, zonas de matorral, han sido tradicionalmente pastoreados por ganados trashumantes de ovejas provenientes de Extremadura y también de ganado vacuno procedente de los vaqueiros de alzada. 
Ello ha dado lugar a zonas de piornales, arandaneras y pastizales que son lugares idóneos para la liebre del piornal (Lepus Castroviejoi), un endemismo de la Cordillera Cantábrica, la perdiz pardilla (perdix perdix) los grandes ungulados silvestres como el corzo (Capreolus capreolus) el rebeco (Rupicabra pyrenaica), el ciervo (Cervus elaphus) y su principal depredador, el lobo ibérico (Canis lupus signatus). 

La reversa de la biosfera de Laciana comprende las 21700 Ha. De la comarca, divididas en varias zonas según su interés ecológico: zona núcleo de 2.562,73 hectáreas, que está formada por cuatro grandes áreas, la zona núcleo Muxiven, la zona núcleo Buzongo, la zona núcleo Alto de Reciello y la zona núcleo Barroso Brañarronda; la zona de transición, de 1.719 hectáreas, que incluye los territorios donde se sitúan los núcleos de población y su zona de influencia, así como las zonas donde se asientan explotaciones de carbón; y la zona tampón o de amortiguaciónm, de 7.418,27 hectáreasy resto de la superficie de la Reserva de la Biosfera de Laciana. 

 

 

 

El programa El Hombre y la Biosfera -conocido como MaB por abreviatura de sus siglas en inglés, «Man and Biosphere»- surge de la conferencia intergubernamental de expertos para su uso racional y conservación de los recursos de la biosfera, organizada por la Unesco en el ya lejano mes de septiembre de 1968. Uno de sus fines más importantes es promover la declaración de reservas de la biosfera, figura novedosa que, como recalca el programa MaB, no debe nacer nunca como resultado de una imposición administrativa; muy al contrario, su declaración tiene que partir de un compromiso con los grupos sociales que habitan en su interior o en su entorno. Este equipo de gobierno está trabajando en la cimentación de dicha reserva para que en un breve plazo de tiempo, podamos sacarle rentabilidad en todos los sentidos a este nombramiento. 

Como bien es sabido por todos esta declaración viene dada por el trabajo del anterior equipo de gobierno que elaboró un proyecto y lo presento en el comité MaB siendo aprobado el pasado 10 de julio, suponemos que habrán contado con el compromiso de todos los grupos sociales de la comarca que han visto con buenos ojos dicha Declaración. Es además, esencial, la participación continua de dichos grupos en la gestión de la reserva, de forma que se asegure que ésta produce beneficios de todo tipo, incluidos los económicos, compatibles con la conservación de la biodiversidad para lograr, finalmente, alcanzar ese nuevo paradigma del siglo XXI que llamamos desarrollo sostenible.

Según recoge el programa MaB las reservas de la biosfera tienen tres funciones bien claras: conservación de paisajes, ecosistemas, especies y diversidad genética; fomentar un desarrollo económico y humano sostenible desde los puntos de vista sociocultural y ecológico; y apoyo logístico a proyectos de demostración, educación y capacitación sobre el medio ambiente y de investigación y observación permanente en relación con cuestiones locales, regionales, nacionales y mundiales de conservación y desarrollo sostenible. Es necesario que las bases para la constitución de un órgano gestor que, en cierta medida, marque las directrices que la Reserva de la Biosfera de Laciana, sean fuertes. Por ello se creará una fundación, con sede propia, en la que estén representados todos los colectivos institucionales y empresas a nivel local con cierta relevancia, así como aquellas administraciones a nivel provincial, regional y nacional que estén implicadas con el medio ambiente y el desarrollo rural.

Nuestra comarca está obligada a potenciar y revalorizar su entorno, siempre bajo unos criterios de conservación, ya que es una forma de impulsarla económica y socialmente. Debemos compaginar las actividades industriales con la conservación del medio ambiente, esto supone un gran esfuerzo por parte de todos pero no lo tomemos como una utopía, si todos nos involucramos estoy seguro de que, a largo plazo, los frutos del difícil trabajo que nos queda a todos por delante, se verán reflejados positivamente.